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sábado, 2 de enero de 2016

Tierra a la vista, capitán Louis!

El Manchester United vence por 2-1 al Swansea City y pone fin a la mala racha en la que se metió en el mes de diciembre. Anthony y Martial y Wayne Rooney pusieron los dos goles de los diablos rojos. Sigurdsson puso en apuros a los locales al empatar en el minuto 70.




 

Hoy Old Trafford volvió a sonreír, aunque como una buena novia, y Louis Van Gaal un aburrido “boy friend”, primero vendrían los enfados, las réplicas, y las recriminaciones.
No pasaba ni media hora cuando, pese a pesar de tener la posesión y el control del encuentro, algunos fanáticos del Teatro de los Sueños le recordaron a su técnico el nombre de cierto caballero con el que el United ya tanteó tras la retirada de Sir Alex. “José Mourinho, José Mourinho, José Mourinho” cantaba una grada poco conforme con el holandés, pese a que Juan Mata, Ander Herrera y Anthony Martial ya empezaban a volver tarumbas a los jugadores del Swansea. Rooney, como siempre, lo intentaba por activa y por pasiva, hoy con más acierto a la hora de encontrarse con la pelota dentro del área, pero el gol seguía sin llegar.
Mientras Schneiderlin y Schweinsteiger ponían orden a la casa, el cuál ha faltado en las últimas jornadas donde ambos pivotes han estado ausentes, Ashley Young demostraba su polivalencia en el lateral derecho. El inglés aprovechaba que Mata se metía hacia dentro en cada jugada para subir y hacerse dueño de la banda. Su propósito siempre era el mismo, centrarla. La ocasión más peligrosa del primer tiempo corrió a cargo de un Wayne Rooney que encontraba muchos espacios cuando caía a recibir. Justamente fue “Wazza” quien con un cambio de banca, cedió la bola a Young, que tras encarar a su par, sacó un preciso centro al segundo palo, centro rematado por el propio Rooney, aunque este fue demasiado picado y Fabianski lo detuvo perfectamente.

El segundo tiempo, arrancó con la entrada al terreno de juego de Matteo Darmian, que se colocaría como lateral izquierdo, Blind ocuparía el sitio del reemplazado Phill Jones. No pasaban ni dos minutos cuando Schweinsteiger, en el pico del área derecho, rebanó a ras de suelo un balón que con la misma entregó a Young, y este hizo lo que mejor se le da, colgarla. El centro no encontró a Rooney, pero sí a Anthony Martial. El francés actuaba hoy de extremo izquierdo, y solo necesitó un remate para abrir la lata.

Old Trafford se animó con el 1-0, ya que el United no solo dominaba el marcador, si no que también estaba jugando bien al fútbol. Sí, Van Gaal se portaba bien como novio, tan bien que hasta protestó una ocasión al árbitro en vez de apuntarla en la libreta. Con la grada de totalmente de su lado, los jugadores se crecieron, y empezaron a desplegarse ofensivamente, comandados por Juan Mata, el cual destelló a la grada con toques sutiles e intentos de paredes a base de taconazos.
Rooney seguía en su particular Waterloo, intentando anotar, pero sus disparos siempre acababan en las manos de Fabianski.

En el 70', el bueno de Sigurdsson, jugador que podría tener un destacable papel como mediapunta suplente en cualquier grande de la Premier, anotaría el 1-1 que asustaría a la parroquia de los diablos rojos. A Van Gaal se le quedó la misma cara que a cualquiera de nosotros cuando nuestra novia nos viene a ver y no somos capaces de jugar bien. Sí, esa misma cara de circunstancia. Louis no entendía cómo era posible que, pese a haber tirado una docena y media de veces, y que las ocasiones del rival se contasen con una sola mano, su equipo no pasaba del empate. Sin embargo, había en la banda izquierda un chico empeñado en cambiar las cosas. Martial, dichoso Martial pensaría Ángel Rangel cuando tras un cambio de ritmo, lo dejó atrás en el lateral del área, y sacó un pase raso al que llegarían Rooney, dos defensores y Fabianski. A partir de aquí empieza una historia paralela, volvemos al Waterloo del capitán inglés, que lo había intentado con la derecha, de cabeza y con la izquierda, desde lejos o de falta. Qué hacer con un pase raso cuando vienes en carrera, encimado por dos defensas, y el portero está a un palmo de tu cuello? Magia. Eso hizo Rooney, que con un taconazo rompió su mala racha y se colocó como segundo máximo goleador de la historia de la Premier League con 188 goles.

A partir del gol tocaba aguantar, blindarse atrás y sobrevivir. Entró McNair con la intención de frenar los ataques galeses, y se consiguió. Se sufrió, y se sufrió, y se volvió a sufrir. Porque cuando el United juega puede pasar de todo, hasta que el portero rival te marque en el 95', pese a que el colegiado había añadido cuatro minutos. Sin embargo, hoy no iba a ser ese día en el que todo te sale mal y te olvidas de tú aniversario. Hoy Fabianski remató el centro, pero se fue. El United no solo reflotó hoy, si no que vio tierra por primera vez desde noviembre.

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